La salud es lo más valioso
que tenemos en la vida, sin embargo, más que con ninguna otra cosa, es fácil
que consideremos que tener salud es normal. Para muchos, el único momento en
que pensamos en nuestra salud es cuando la perdemos. Entonces nos damos cuenta
de que: sin salud, no tenemos nada. Hay un proverbio italiano sobre la salud
que nos va como anillo al dedo a muchos de nosotros: «El que goza de buena
salud es rico, aunque no lo sepa». Aunque rara vez pensamos en nuestra salud
cuando estamos bien, habrás experimentado lo ciertas que son estas palabras
cuando has tenido algún mal menor, como un resfriado o una gripe, y has tenido
que quedarte en la cama. Cuando no te encuentras bien, lo único que deseas es
sentirte mejor, y lo único que te importa es recuperar tu salud.
La salud es un regalo de la
vida; es algo que recibes y que continúas recibiendo, cada día. ¡Además, de
todo lo que hagamos para estar sanos, hemos de estar agradecidos por nuestra
salud para recibir más salud! Recuerda: “A quienquiera que tenga gratitud (por
la salud) se le dará más, y tendrá en abundancia. A quienquiera que no tenga
gratitud (por la salud), incluso lo que tenga, le será arrebatado.” Puede que
conozcas personas que tenían un estilo de vida saludable, y aún así han perdido
su salud. Dar gracias por la salud que estás recibiendo es vital. Cuando estás
agradecido por tu salud, no sólo conservas tu salud actual, sino que al mismo
tiempo pones en marcha la magia para aumentar el flujo de salud hacia ti.
También empezarás a ver que la mejoría en tu salud se produce de inmediato. Los
pequeños achaques, lunares, cicatrices o marcas empezarán a desaparecer
mágicamente, y observarás un notable aumento en tu energía, vitalidad y
felicidad. Como aprenderás más adelante en un ejercicio, mediante la práctica
diaria de la gratitud por tu salud, puedes mejorar tu vista, oído, y todos tus
sentidos, junto con cada una de las funciones de todo tu cuerpo.
¡Y todo ello sucede por arte
de magia!
“La gratitud es una vacuna,
una antitoxina y un antiséptico.” JOHN HENRY JOWETT (1864–1923) PREDICADOR
PRESBITERIANO Y ESCRITOR
El grado en que sientas
agradecimiento por tu salud será el grado justo en que ésta mejorará
mágicamente, y el grado en que no sientas agradecimiento por tu salud, será
justamente el grado en que ésta disminuirá. Vivir con una salud reducida
significa que tu energía, vitalidad, sistema inmunitario, claridad de ideas y
todas las demás funciones corporales y mentales están debilitadas. Estar
agradecido por
tu salud te garantiza seguir
recibiendo más salud por la que estar agradecido, y al mismo tiempo elimina tu
estrés y tensión corporal y mental. Las investigaciones científicas han
demostrado que el estrés y la tensión son la causa de muchas enfermedades. Los
estudios también han revelado que las personas que practican la gratitud se
curan más rápido, ¡y es más probable que vivan siete años más! Tu estado de
salud actual te indica el agradecimiento que has sentido hasta ahora. Cada día
te has de sentir increíblemente bien. Si te sientes pesado y la vida te supone
un verdadero esfuerzo, o si no te sientes más joven de la edad que tienes, es
porque tu salud ha disminuido. Una de las principales causas de esta pérdida de
vitalidad es la falta de gratitud. Sin embargo, todo esto está a punto de
cambiar, ¡porque vas a utilizar el poder mágico de la gratitud para la salud de
tu cuerpo! Empieza el ejercicio de la Salud Mágica leyendo detenidamente los
siguientes párrafos sobre la salud de tu cuerpo. Después de leer cada frase
correspondiente a una parte concreta de tu cuerpo, cierra los ojos y repite
mentalmente la frase, sintiendo todo el agradecimiento que puedas por esa parte
de tu cuerpo. Recuerda que cuando piensas en por qué estás agradecido, te
ayudará a sentir la gratitud con mayor profundidad, y cuanto más profundo la
sientas, antes notarás y verás los extraordinarios resultados en tu
cuerpo.
Piensa en tus piernas y
pies; son el principal medio de transporte en tu vida. Piensa en todas las
cosas para las que usas las piernas, como mantener el equilibrio, ponerte de
pie, sentarte, hacer ejercicio, bailar, subir escaleras, conducir un coche, y
lo más importante, el milagro de andar. Tus piernas y pies te permiten caminar
por tu casa, ir al cuarto de baño, ir a la cocina para beber algo, y caminar
hasta tu coche. Tus piernas y tus pies te permiten andar por las tiendas, por
las calles, por los aeropuertos y por la playa. ¡La capacidad de caminar nos da
libertad para disfrutar de la vida! Di gracias por mis piernas y por mis pies,
y siéntelo de verdad.
Piensa en tus brazos y
manos, y en cuántas cosas puedes agarrar y sostener en un día. Tus manos son la
principal herramienta de tu vida, y las estás usando sin parar durante todo el
día. Tus manos te permiten escribir, comer, utilizar el teléfono o el
ordenador, ducharte, vestirte, ir al baño, agarrar cosas y sostenerlas, y
hacerlo todo por ti mismo. Si no pudieras utilizar las manos serías una persona
dependiente de que los demás te hicieran las cosas. Di ¡gracias por mis brazos,
mis manos y mis dedos!
Piensa en tus increíbles
sentidos. Tu sentido del gusto te da mucho placer varias veces al día, cuando
comes y cuando bebes. Cuando pierdes el sentido del gusto durante un resfriado,
la dicha de comer y de beber desaparece al no poder saborear la comida o la
bebida. Di ¡gracias por mi increíble sentido del gusto!
Tu sentido del olfato te
permite experimentar las deliciosas fragancias de la vida: flores, perfumes,
sábanas limpias, la cena cuando se está cocinando, el fuego de la chimenea en
una noche de invierno, el aire de un día de verano, la hierba recién cortada,
el olor a tierra después de la lluvia. Di ¡gracias por mi maravilloso sentido
del olfato!
Si carecieras del sentido
del tacto, no distinguirías el calor del frío, lo blando de lo afilado, lo
suave de lo áspero. Nunca podrías palpar los objetos o expresar físicamente el
amor o recibirlo. Tu sentido del tacto te permite tocar a tus seres queridos
cuando les das un abrazo tranquilizador, y sentir el tacto de la mano entre los
seres humanos es una de las cosas más valiosas de la vida. Di ¡gracias por mi
valioso sentido del tacto!
Piensa en el milagro de tus
ojos, que te permiten ver los rostros de tus seres queridos y amigos, leer
libros, periódicos y correos electrónicos, ver la televisión, contemplar la
belleza de la naturaleza, y lo más importante, ver tu paso por la vida. Véndate
los ojos tan sólo una hora, intenta hacer lo que haces normalmente y apreciarás
tus ojos. Di ¡gracias por mis ojos que me permiten verlo todo!
Piensa en tus oídos, que te
permiten oír tu propia voz y la de otras personas para poder conversar. Sin los
oídos y tu sentido del oído no podrías llamar por teléfono, escuchar música, la
radio, oír hablar a tus seres queridos o escuchar ningún sonido del mundo que te
rodea. Di ¡gracias por mi sentido del oído!
utilizar cualquiera de tus
sentidos sería imposible sin tu cerebro, ¡que procesa más de un millón de
mensajes por segundo a través de todos los sentidos! En realidad, es tu cerebro
el que te permite sentir y experimentar la vida, y no hay ninguna tecnología
informática en el mundo que pueda duplicarlo. Di ¡gracias por mi cerebro y mi
hermosa mente! Piensa en los billones de células que trabajan incansablemente
24 horas 7 días a la semana, para tu salud, tu cuerpo y tu vida. Di ¡gracias
células! Piensa en tus órganos vitales, que están filtrando limpiando y
renovándolo todo constantemente en tu cuerpo, y piensa en que hacen todo su
trabajo automáticamente sin que tan siquiera tengas que pensar en ello. Di
¡gracias, órganos, por trabajar perfectamente!
El más milagroso de todos
los sentidos, sistemas, funciones o cualquier otro órgano de tu cuerpo, es el
órgano del corazón. El corazón dirige la vida de todos los otros órganos,
porque es el corazón el que hace que la vida siga fluyendo en todos los
sistemas corporales. Di ¡gracias por mi corazón fuerte y sano!
Luego toma una hoja o una
ficha, y escribe en ella en letras grandes y en negrita:
EL DON DE LA SALUD ME
MANTIENE CON VIDA.
Hoy lleva contigo la ficha y
ponla en un lugar donde puedas verla a menudo. Si trabajas en un despacho,
ponla delante de ti. Si eres conductor, ponla en un lugar en tu coche o camión
donde puedas verla con frecuencia. Si estás en casa la mayor parte del tiempo,
ponla donde te lavas las manos o cerca del teléfono. Elige un lugar donde sepas
que verás muchas veces lo que has escrito. Hoy, al menos en cuatro momentos
distintos, cuando veas las palabras léelas muy despacio, palabra por palabra, y
siente todo el agradecimiento que puedas por el regalo de tu salud. Estar
agradecido por la salud es esencial para conservar tu salud, pero también para
garantizar que seguirá mejorando, con más energía y entusiasmo por la vida. Si
la gratitud se usara conjuntamente con los tratamientos médicos convencionales,
veríamos una revolución en el ámbito de la salud, e índices de recuperación y
milagros como nunca habríamos visto antes.
EJERCICIO MÁGICO NÚMERO 4
Salud Mágica
1. Repite los pasos del uno
al tres del Ejercicio Mágico Número 1 – Enumera Tus Bendiciones. Haz una lista
de diez bendiciones. Escribe por qué estás agradecido. Relee tu lista, y al
final de cada bendición di gracias, gracias, gracias, y siente tanto agradecimiento
por esa bendición como te sea posible.
2. Escribe en una hoja o en
una ficha estas palabras: EL DON DE LA SALUD ME MANTIENE CON VIDA.
3. Pon la hoja con tus
palabras escritas en un lugar donde hoy puedas verla con frecuencia.
4. Lee las palabras muy
despacio, al menos cuatro veces, y ¡siente todo el agradecimiento que puedas
por el precioso don de la salud!
5. Antes de irte a dormir,
toma tu Piedra Mágica en la mano y di la palabra mágica, gracias, por lo mejor
que te haya sucedido durante el día.
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